A muchas empresas les cuesta identificar a su competencia, sobretodo cuando sus servicios o productos son artesanales. El saber hacer y el diseño son diferenciadores muy poderosos, pero no por eso dejamos de tener competencia, porque nuestra actividad se desarrolla en un mercado donde hay personas que necesitan ayuda y personas que intentan ayudar.

Con las organizaciones sin ánimo de lucro, las instituciones públicas y los colectivos organizados, pasa lo mismo. Tu organización presta algún tipo de servicio u ofrece un beneficio, pero hay otras muchas instituciones haciendo cosas parecidas o dirigiéndose a las mismas personas.  Y desde luego hay muchas organizaciones buscando financiación para llevar a cabo sus proyectos.

¿no es esto la competencia?

Pues sí, lo es. Otra cosa es cómo te lo tomes tú. Lo de aniquilar a la competencia a mi no me va, no es elegante, ni siquiera en cuestión de empresa privada, y creo que a ti tampoco te va o no estarías leyendo este blog.

A mi me gusta ver a la competencia como un grupo de colegas que ofrecen servicios que a mi no me gusta ofrecer o que los ejecutan de una manera que no encaja con mi carácter o mi especialidad, de manera que son más un complemento. A veces chocamos, claro, porque nos interesa el mismo cliente, pero otras veces te sacan de un apuro o te ayudan a prestar un mejor servicio.

Pero creo que lo mejor de la competencia es que te ayudan a ser mejor. Al tener que diferenciarte te miras con lupa y puedes hacer autocrítica, así te planteas retos para mejorar y especializarte. Y todo eso va directamente a tus objetivos de comunicación.

Es como con los hermanos, mola tener un camarada de juegos pero es odioso compartir tus juguetes.

competencia convertida en aliada.

Como ves la competencia da para muchos posts. Hoy me centro en eso que a muchos les puede chirriar: la competencia te puede ayudar a prestar un mejor servicio. Veamos cómo.

Observa quien tiene el mismo cliente que tu, analiza qué servicios presta y cómo conectan con los tuyos.

Hay personas que pueden colaborar contigo de alguna manera, bien porque tengan la misma pasión, bien porque compartan una misma visión del mundo o situaciones parecidas. Por tanto puedes conversar con ellas y la conversación es el principio para crear comunidad, relaciones y vínculos interesantes. Elementos que todo proyecto necesita, el tuyo también. 

Puedes plantearlo en la próxima actividad que vas a organizar o en un proyecto que te hace mucha ilusión emprender. Preguntate ¿que beneficio obtiene de colaborar conmigo? y ¿qué obstáculos encontrará para esa colaboración?  Es importante que te pongas en su lugar y pienses en sus beneficios y obstáculos. Sólo así podréis colaborar de verdad, de lo contrario estarás pidiendo un favor.

Puedes ver qué acciones interesantes está haciendo tu competencia y proponerles tu participación. Igualmente responde con sinceridad y creatividad a ¿que beneficio obtiene de colaborar conmigo? y ¿qué obstáculos encontrará para esa colaboración? incluso planteate ¿qué aporto yo a ese proyecto que nadie más aporta?

O puedes plantear una actividad sencilla solo para empezar a relacionarte con esa otra organización que tanto te interesa. Propón una reunión, expón tus objetivos y motivaciones y conéctalos con alguno de sus objetivos, y lleva pensad una propuesta de bajo coste, para que no suponga un gran riesgo apostar por ella. Recuerda «fallar rápido y barato» 😉

(Y si no tienes tiempo para nada de esto, preguntanos)

 

Danielle MacInnes

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