El relato institucional

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Las instituciones también necesitan un relato. Un relato que interese y que seduzca

 

Hace unos día leía en la prensa local la opinión-consejo de un experto en el mercado de la piedra natural, ante la situación de este sector, en resumen venía a decir que si el sector va mal, cuando la economía va bien es porque no se sabe contar. Primero me sorprendió oír a alguien hablar tan claro en la tele del pueblo y al instante alegré muchísimo, por lo mismo, porque hablaba claro, hablaba de lo mismo que yo les cuento a mis clientes y, además  se refería un sector tan particular como las «fábricas de mármol» como las llamamos por aquí.

«Hay que saber contarse para triunfar en el mercado.»

Si esto vale para uno de los sectores más conservadores, vale para las instituciones, porque las instituciones públicas, sobretodo las las que hacen un trabajo más silencioso y/o están cara al público,  necesita demostrar que su trabajo es valioso.

El nuevo paradigma de la era de la información es un reto para empresas e instituciones, porque es un reto para las personas que vivimos este momento.

Diríamos que a nuestro alrededor hay una cantidad infinita de información, de tecnología, de ocio, .. de oferta en resumen. Y parece que esta crisis de 10 años nos ha hecho a todos más críticos, quizás no siempre con un buen criterio, pero sí más exigentes. De la misma manera que un comprador se pregunta por qué comprar este producto a esta marca y quiere una buena razón, también nos preguntamos porque existe esta institución, qué hace por mi, para sirve. Y necesita una buena razón para sentir que el trabajo de esa institución es valioso.

Construir el relato

Para tener un relato es imprescindible conocerse, de lo contrario no es un relato honesto y si no es honesto no seduce, puede atraer por un momento, pero será algo pasajero. La construcción del relato es por tanto un proceso y tiene tres elementos clave.

El cliente. Al fin y al cabo es la persona más importante de la empresa, sin ella no existe. Y en el caso de las instituciones públicas, prestar un servicio a las personas, es la razón por la que existen. Y no vale decir que tu ṕublico es todo el mundo, hay que distinguir perfiles para poder ayudarles de verdad.

Conocer tu sello personal. Ese valor que aporta tu trabajo a la vida de la gente y que nadie más hace como tu.

Tener un ideal al que aspirar. No hace falta saber exactamente cómo alcanzaremos ese ideal. Se trata de tener una aspiración que te inspire y sirva de criterio para tomar decisiones a la hora de actuar ¿esta acción me acerca a mi ideal?

Con estos tres elementos ya puedes empezar a mirar y a pensar tu organización de manera que la comunicación y las acciones estén alineadas con la razón de ser. Ya puedes empezar a construir un relato interesante.

Traducir ese relato en el día a día de la organización.

El relato no es un discurso bellamente redactado que aparece en la web o se repite una y otra vez en los medios. Es una forma de contar tu realidad, tu verdad. por tanto la vida de la organización, sus acciones y decisiones están alineadas con ese relato. Ahora bien, no es fácil hacer realidad los sueños. Para conseguirlo hace falta:

Enfocarse. Es decir, tener unos objetivos bien definidos y una estrategia para alcanzarlos. Y convertir eso en un plan de acción y comunicación. Es la mejor manera de gestionar los recursos públicos, precisamente porque son de todos y porque no podemos andar improvisando. Te permitirá diseñar las acciones adecuadas, te servirá de filtro para saber con quién relacionarte y te acercará , poco a poco, a ese ideal del que hablábamos.

Conocer bien al usuario. El usuario es el activo más importante de una institución. Conocerle bien te ayudará a mejorar tu oferta y comunicarla de una forma que la pueda entender. Defíne un perfil estrella cuando diseñes cualquier acción, piensa en ellos.

Primar la calidad a la cantidad, crear experiencias. Esto todavía suena un poco raro en las instituciones pero en el siglo XXI se prima la satisfacción real frente al alcance masivo pero sin ninguna huella. Diseña tus acciones de forma muy segmentada y atiende las necesidades sentidas de tus usuarios. Tus vínculos con ellos mejorarán y los retornos serán muy positivos.

«Hacerlo bien y hacerlo saber» . Esta máxima de las Relaciones públicas sigue hoy más vigente que nunca. Tu plan de acción para el nuevo año no será nada sin un plan de comunicación para darle alcance y visibilidad. No es necesario una gran inversión sino tener un buen mapa de públicos, un poco de creatividad y una buena agenda de contactos con medios.

Estar al tanto de las tendencias. Hay muchos ejemplos innovadores de proyectos nacidos al calor de las instituciones. Estate al corriente de ellos, informa a tu político y trata siempre de aplicar ideas nuevas y frescas en tu trabajo. Ten siempre un ideal al que aspirar.

Si quieres estar al tanto de cómo desarrollar una institución con relato, suscríbete a mi newsletter semanal en la que voy a compartir recursos, tendencias, casos de éxito y mi experiencia trabajando con instituciones

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